El alma es considerada como algo inmaterial, principio vital de los seres; y si el alma es inmaterial y tiene vida entonces podremos decir que ésta es la que le da vida al cuerpo y por ende puede vivir apartada de él.
El cuerpo entonces será la parte material, podemos ver al cuerpo como todos aquellos deseos de la carne, el cuerpo como la necesidad de placeres mundanos que contaminan el alma y que no le permitirán pasar a ese lugar tan anhelado, los placeres materiales anclarían el alma, obstruirían su camino hacia el conocimiento, y el alma al verse anclada tras las paredes de la ignorancia podría perecer.
Podemos volver al concepto del alma como principio vital de los seres, podemos entonces hablar de que el alma existe antes de que existamos y que cuando morimos el alma permanece; si el alma preexiste es porque se ha liberado de otros cuerpos. Entonces podemos hablar de que el alma ya tiene conocimientos que son adquiridos en otras existencias y que cuando aprende no siempre aprende si no que hace un proceso de anamnesis, es decir, recuerda lo que ya sabe: “rememoración”.
EL ALMA Y EL CUERPO
El cuerpo es la parte material amiga de los deseos de la carne, que impiden que el alma pase al mundo de las ideas; si el individuo no rechaza las pasiones que este le ofrece se verá impedido de continuar su camino al mundo de lo puro y continuará con los padecimientos obtenidos por su apego a las cosas superfluas.
Puedo afirmar que el cuerpo es sinónimo de corrupción, además de ser una parte material insatisfecha deseosa de caprichos aberrantes siempre en la búsqueda de corromper el alma.
El alma entra al cuerpo para darle vida; y aunque el alma puede vivir sin el cuerpo también podemos decir que el deseo que está arraigado a éste quiere penetrar el alma. Al individuo prepararse desde que nace para la muerte, esta preparando el alma para protegerse del cuerpo, cuidando su paso a la inmortalidad a través de un escudo impenetrable.
La materia desea y nunca está satisfecha, el alma aprende y recuerda y si el alma recuerda, sabe que en sus cuerpos anteriores también estos quisieron apartarla del conocimiento y la razón. El individuo debe rechazar todas las pasiones del cuerpo y no ceder ante su engañoso encanto. El alma muere al deseo, mientras que el cuerpo se pudre a causa de él.
El alma busca lo puro, lo invisible. El alma lentamente se conduce al lugar llamado Hades mientras que en ese mismo momento, el cuerpo que lo ha acompañado se descompone. Si el alma aparta los deseos del cuerpo no muere, nace de nuevo y solo podrá decir que no al deseo por medio de la virtud.
VIRTUD Y VIDA
La virtud es sabiduría cuando mi alma camina por la vía de lo correcto se garantiza el paso al mundo puro e invisible. Mi alma purificada permite que conozca, me abre una puerta para encontrarme con ese estado donde no hay cabida sino para el conocimiento, el que me sigue guiando por el camino al que he sido llamada.
Morir no sería morir; sería vivir, vivir al conocimiento, vivir a partir de la razón y desde allí alcanzaría un estado de plenitud.
Cuando mi pensamiento es puro y también mis acciones de la misma forma lo será mi alma y no esperaré jamás escuchar lamentos si no himnos propios del saber.
Mi vehículo al Hades se llama virtud, ningún alma virtuosa hace el mal, aferrándome a la inteligencia y ésta a la virtud no estaré jamás esperando que mi alma perezca si no por el contrario que continúe viviendo. practicando la virtud, garantizo la existencia de mi alma más allá de la muerte física.
Los que se distinguieron por su vida virtuosa y se prepararon para la muerte, su alma será inmortal y entrarán a la morada pura donde seguirán aprendiendo hasta que retornen de nuevo; esto me confirma que el alma existe antes de nacer y tiene conocimiento, cuando aprende solo recuerda lo que aprendió en pasadas experiencias de vida y prevalecerá en cuanto continúe transitando por los caminos de la virtud.
VIDA MÁS ALLA DE LA VIDA
El alma existe antes que el cuerpo, y si el alma preexiste es porque puede vivir sin materia, cuando el alma nace es porque ya existió, y existió un cuerpo que tuvo que morir para darle libertad al conocimiento. El alma ya ha estado dentro del mundo material ha adquirido vivencias, y si ya ha vivido entonces también ha pasado al mundo de las ideas en otras existencias abasteciéndose de conocimientos para continuar, entonces podemos decir que ha estado en el Hades en otros tiempos, y el alma ya conoce, y lo que hago cuando creo que aprendo es recordar lo que he aprendido en mis experiencias pasadas.
Nazco con lo que ya sé, y lo que no sé es porque lo he olvidado y lo que hacemos a través de nuestras vidas es recordar. También considero que si yo nazco con conocimientos, cada una de mis existencias me perfecciona para pisar los escalones que conducen a alcanzar un alma con incalculables saberes que me permitan traspasar al mundo para el cual nos hemos preparado. El alma no acepta la muerte, no permite que entre y por eso aleja lo que la separa del mundo puro. Entonces cuando hablamos de que el alma busca la muerte no es la figura en sí; es el final de la existencia que esté viviendo en ese momento, es separarse del cuerpo para terminar un ciclo comenzar otro y seguir aprendiendo.
CONCLUSIONES
El hombre se debe preparar desde que nace para la muerte; rechazando y alejando los placeres mundanos, destruyendo ataduras corporales para convertirse en virtuoso y llegar al estado inmaterial eternamente puro. El hombre al ser virtuoso, tiene sana su alma y puede esperar el momento de su muerte para volver al mundo de las ideas.
Además puedo concluir que, si en algún momento creo que algo ya lo sé, no es coincidencia es porque mi alma inmortal lo ha conocido en otras experiencias.